Alta
incidencia de insuficiencia renal
En la zona del litoral
salvadoreño, la insuficiencia renal crónica mata a más personas en seis meses
que la misma violencia social; eso sí, lo hace de una forma más lenta y
dolorosa.
Si desde el 1.º de enero hasta el 30 de junio se
hace memoria del número de lesionados por arma de fuego, muertes por violencia
o accidentes de tránsito, las principales causas de muerte con más espacio
mediático, los datos no alcanzarían los ingresos y defunciones por culpa de la
Insuficiencia Renal Crónica (IRC), es decir, la pérdida irreversible de la
función de los riñones.
En los primeros seis meses de 2011, en la zona
oriental se ha ingresado a 972 personas con IRC y de estas se reflejan 89
hombres y 20 mujeres que ya perdieron la batalla contra la vida. En el mismo
periodo pero del año pasado, 735 personas fueron ingresadas por la enfermedad y
77 personas fallecieron.
A Marta Argueta hace cinco años le diagnosticaron
insuficiencia renal y viaja desde el Bajo Lempa dos veces por semana al
hospital regional de San Miguel a realizarse hemodiálisis o como ella dice a
“quitarse lo sucio”.
“Todos los lunes y viernes vengo a que me limpien
la sangre sucia que tengo, no sé ni por qué me dio esta enfermedad si yo tomaba
bastante agua”, aseguró Marta mientras esperaba a su nieta.
Argueta desde los seis años se dedica a la
agricultura y recuerda que siempre usó pesticidas para que los “animalitos” no
dañaran la cosecha, “los doctores me dijeron que podía estar enferma porque
mucho veneno inhalé cuando era joven”, recalcó.
Según la epidemióloga Blanca Sorto, el 70% de las
personas diagnosticadas con IRC son o en un momento fueron agricultores y
residen en el litoral del país, el 30% restante son de las cabeceras
departamentales.
“El Bajo Lempa, Usulután, La Unión, y todo el
litoral son donde más casos se reportan y más defunciones hay, recordemos que
es donde se cultivó algodón y se usó mucho pesticida”, manifestó Blanca Sorto.
La contaminación del agua y del aire y el uso
excesivo de pesticida son las principales causas de esta enfermedad, según los
profesionales de la salud, y aseguran que es un mito que la enfermedad se
desarrolle por no tomar suficiente agua.
A Argueta la acompaña a todas las hemodiálisis su
nieta de 15 años, y ella lo único que le pide a la vida es no llegar a tener la
enfermedad de su abuela: “Mi abuela no puede comer ni beber muchas cosas, no
puede hacer prácticamente nada y cuando yo esté vieja no quiero que me toque lo
mismo que a ella, por eso me hago exámenes cada tres meses”.
Es esta prevención a la que le apuesta Ministerio
de Salud en el Bajo Lempa, ya que es la zona donde más casos de ICR se reportan
en los diferentes centros asistenciales del país.
Según las autoridades del Ministerio de Salud, se
realizan constantes brigadas de prevención integradas por nutricionistas,
doctores, nefrólogos, enfermeras, laboratoristas, psicólogos y pediatras.
Para Sorto, “es más barato para el sistema de
salud prevenir y realizar este tipo de brigadas que curar a un paciente ya
enfermo, con las brigadas salvamos varias vidas y con la hemodiálisis se
garantizan un periodo corto de vida, además a Salud le cuesta aproximadamente
$600 cada hemodiálisis”.
Se estima que de 10 pacientes nuevos al mes que
se reporta en los hospitales de la zona oriental, unos dos siguen en diálisis y
los otros ocho mueren sin formar parte de las estadísticas, ya que solo en el
hospital regional de San Miguel y en el Seguro Social se realizan hemodiálisis
y muchos, diagnosticados con la enfermedad, por falta de recursos humanos no se
realizan el tratamiento.
Pero estas estadísticas no reportan otra
proporción de enfermos y que ni siquiera llegan a un hospital y esperan la
muerte en su casa, sin saber cuál es la causa. En todo 2010 se reportaron 1,329
ingresos en oriente.
Tomado de: http://www.laprensagrafica.com/el-salvador/departamentos/206952-alta-incidencia-de-insuficiencia-renal.html
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